14/3/15

Humor: Respuesta del Hijo Gallego

Querida Madre:

 Recibí tu carta que mandaste con el primo Juanelo, pero como el muy bruto me la entregó al día siguiente de haber llegado, ya no pude ir por él al aeropuerto.

 Me dio mucho gusto saber que estás viva y me hubiera dado más si me hubieras mandado las diez mil pesetas. Comprendo que ya habías cerrado el sobre, pero, coño, me las pudiste haber mandado por fax.

 A lo mejor no entiendes mi letra, pero es que te he hecho caso y estoy escribiendo lo más rápido que puedo.

 Sabes, a mí no me extraña nada lo del abuelo, siempre se me hizo muy sospechoso que el closet se hubiera atrancado por dentro.

 Yo sí sé por qué no te oye papá: tiene la radio de transistores que yo iba a traerme en lugar del aparato para la sordera que pusiste en mi maleta. No te culpo, son tan parecidos que cualquiera se confunde, yo me pasé 6 meses creyendo que como la radio la compré allá, aquí no se podía oír.

 Dile a Julita que muchas felicidades por el bebé, y que me diga cuanto antes si fue niño o niña, porque si ya soy tía tendré que afeitarme el bigote.

 No le he dado tus saludos a Doña Remedios porque no la he visto, pero esta mañana hablé con ella por teléfono y está bien.

 A mí me ha ido regular, el primer trabajo que tuve duré sólo 3 días. Me contrataron para pintar la raya blanca de una carretera, el primer día he pintado 5 kilómetros, el segundo 3 y el tercero sólo he pintado uno. El capataz me dijo que estaba yo despedido, porque cada día pintaba menos, y yo le dije: ¡Hombre, claro, como que cada día me queda más lejos el bote de pintura!

 Ahora estoy trabajando como dependiente de una farmacia, pero ya voy a renunciar porque me he enterado de que la policía está haciendo redadas de farmacodependientes.

 Ya tengo novia no extranjera. Se llama Pilarica y es una chica gallega. La conocí en una reunión. Me di cuenta de que era gallega porque llevaba un vestido straples con hombreras.

Bueno mamá, no te pido que me saludes a papá porque no te va a oír, pero recibe el cariño de tu hijo Venancio.

 PD: ¡Joder! Espero que el cartero sepa la dirección.

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